Sprung suministró una estructura totalmente aislada que incluía un amplio espacio seco, frío, congelador y de preparación para almacenar alimentos para cinco o siete días. Se incluyó una cubierta que abarcaba el camino de acceso para proporcionar protección contra el clima para las entregas de alimentos. Y en la pared opuesta, una abertura a medida permitía una transición perfecta a los remolques cocina. El almacén de alimentos ayudó a servir unas 14.000 comidas al día durante los 18 meses que duró la renovación de King Hall.